#Nina
El año pasado fui miembro de uno de los jurados del Festival de Cine de Málaga: el de la crítica. Nuestro premio fue para ‘Nina’, una película que consideramos merecedora tanto del premio de la crítica como de una carrera comercial brillante. Esto último no ocurrió, y la traumatizada mujer creada por Andrea Jaurrieta perdió la oportunidad de ser un personaje icónico del cine español. Interpretada por Patricia López Arnáiz, la justiciera Nina, un año después, apenas consta. Incluso estando encarnada por una de las actrices españolas más prolíficas, eficientes y reconocibles de los últimos años. O quizá en parte por eso.
#Patricia
El poco interés de Patricia por ser una estrella mediática, una chica de portada perfecta, podría estar perjudicando comercialmente algunas de las películas que protagoniza. O, si preferimos verlo así, podría estar no ayudándolas. Esas películas tal vez se beneficiarían de una promoción más… ¿glamourosa?
A cambio de esa “sobriedad promocional”, la vitoriana garantiza que sus películas no serán opacadas por el perfil mediático de su protagonista, ella. Esto último es un arma de doble filo. Y una teoría débil. Y un factor imprevisible. En 2018, el megaestrellato de Úrsula Corberó no se tradujo en entradas vendidas para ‘El árbol de la sangre’, de Julio Medem, una película más invisible que ‘Nina’.
Patricia López Arnáiz es más una actriz que una estrella. También es una actriz que tendrá (de hecho ya la tiene) una carrera estupenda sin plegarse a las frívolas servidumbres del estrellato. Se supone que no hay que elegir entre lo uno y lo otro, pero es que se suponen tantas cosas hoy en día...
#Blanca
Veremos si la enorme popularidad de Blanca Suárez afecta (positivamente) a la taquilla de ‘La huella del mal’, presentada hace unos días en la edición de este año del festival malagueño. ‘Disco, Ibiza, Loco Mía’, la simpática peli que, con Blanca también en el reparto, se proyectó en la del año pasado, no fue ningún bombazo. Tampoco triunfó a lo grande algo tan descaradamente diseñado para eso como ‘Me he hecho viral’, el año anterior. De ‘Jaguar’, su serie de 2021, apenas se habló. Pero de Blanca Suárez se habla mucho y todo el rato. En Kinótico bromeaban el otro día con que la cantidad de personas agolpadas a las puertas del hotel AC Málaga Palacio, epicentro del festival de cine, se debían muy probablemente a la presencia de Suárez en el certamen (y en el hotel). En 2024, en el mismo sitio, recibió similar atención Hiba Abouk, quizá la actriz española con mayor distorsión entre su fama y su trabajo en el cine y la TV. Hiba es tan famosa que ni siquiera tiene que hacer películas o series. Hiba no es una actriz famosa, sino una famosa que actúa.
#Eugenio
‘Nina’ compartió sección oficial en Málaga con la mexicana ‘Radical’, una película tan previsible como… no. ¿Otra película con profesor idealista intentando ayudar genuinamente a sus alumnos? Sí. ¿Otra fábula sobre la bondad y el esfuerzo? Yes. También una que esquiva de manera magistral y simultánea los peligros de varios subgéneros cinematográficos: el narco-cine social mexicano, las películas de profesores, el basado-en-hechos-reales y las producciones con superestrella al frente.
La superestrella de ‘Radical’ es Eugenio Derbez, tan famoso en su país como (cada vez menos) manejable fuera de él. Su peculiar receta de actor-estrella le permite tanto interpretar un ludicísimo personaje secundario en ‘Coda’ (Oscar a la mejor película, qué bochorno) como protagonizar, junto con su familia, un docurreality. Su nombre aparecía destacado en las noticias sobre ‘Radical’, que funcionó muy bien en taquilla. El elástico perfil internacional del mexicano pudo operar a dos niveles: Derbez es conocido, pero no es “un famoso”. Él es “un actor”.
‘Radical’ no es una película que quiera (ni que deba) ser percibida como vehículo de lucimiento de una superestrella. Su centro es la historia que cuenta y, en todo caso, los chavales que la protagonizan. Ese delicado equilibrio es, en ‘Radical’, muy estable. Es fácil considerarla, prejuiciosamente, como una película de profesores, basada en hechos reales, con toques de narco-México y divo a bordo. Yo mismo lo hice antes de verla. Me equivocaba. También me equivoqué creyendo que ‘Nina’ sería un fenómeno.
En breve
Niños (o, mejor dicho, niñas y niño) hay también en ‘Los aitas’, la nueva película de Borja Cobeaga. También hay una actriz y una (co)guionista en racha. Ellas son Laura Weissmahr y Valentina Viso. La intérprete y la escritora ya coincidieron en ‘Salve María’, último premio Feroz a mejor drama. Por su interpretación en esa película de Mar Coll, Weissmahr se hizo con el Goya de actriz revelación. Es demasiado pronto (y yo soy demasiado mal vidente) para hacer vaticinios, así que lo dejaremos en un deseo: ojalá Weissmahr sea nominada al año que viene por ‘Los aitas’. Su nombre no aparece en letras grandes en el póster de la película (eso se reserva a, ejem, los aitas del título) y quizá debería. También el de Valentina Viso, cuyo próximo guion espero con muchas ganas.
Gracias por darnos " otra mirsda" o punto de vista al cine que a veces amanos y otras detestamos.